Thursday, December 11, 2008

Blizzard.


Tan pronto entré en la carretera del pueblo, la tormenta arreció. El viento soplaba con una fuerza tremenda y la nieve se acumulaba rápidamente. Sólo podía ver de cuando en cuando las señales al borde de la carretera. Allá adelante está el puente y luego viene la curva. Tengo que ir muy despacio porque no se ve casi nada. De pronto la goma delantera derecha choca con algo duro y el carro patina hasta que cae en la cuneta. La caída apenas produce golpe, pero el motor se paga. No logro arrancarlo de nuevo. Abro la puerta que apenas se mueve unos centímetros antes de chocar contra algo duro. Un chorro de nieve cae dentro del carro que empieza a enfriarse rápidamente. Ahora la puerta no cierra. Trato de salir por la otra puerta. Tampoco. Me encaramo sobre el asiento y trato de abrir las puertas traseras. Nada. El teléfono no funciona. Parece que la torre transmisora está sin corriente. Se siente el viento rugir allá afuera. Trato de salir por el maletero, pero no puedo. Creo que me queda una sola alternativa y poco tiempo: Romper una ventanilla. Por suerte tengo las botas puestas y de un par de patadas logro romper la ventana. Salgo gateando. El frío es horrible y no estoy bien abrigado. Tengo que caminar hasta alguna casa antes que me congele. No recuerdo si hay alguna casa cerca del puente. Creo que no. Lo más cerca que recuerdo es el depaneur pero eso queda por lo menos a un kilómetro. La nieve está tan alta que no puedo correr. Tengo que caminar casi arrastrándome. A este paso demoraría una hora en llegar y ya tengo los pies entumidos. La respiración se condensa y se me forma hielo en los bigotes y las pestañas. Me doy cuenta que estoy en un buen problema. A menos que alguien pase y me recoja no creo que logre soportar media hora más. Tropiezo y me caigo. Mientras me levanto veo la luz de un relámpago. Luego otro más. Y luego la luz se queda fija. No son relámpagos. Es un carro. La luz me encandila pero voy caminando tambaleante hacia ella. Nunca había sentido tanta alegría de ver una barredora de nieve.

Foto: Arbol congelado.

26 comments:

A Cuban In London said...

Pero muchacho, quien te manda a salir en ese mal tiempo!

Relato genial, bro. Y que la nieve cuando cae y arrecia no perdona.

Saludos desde Londres.

Isbel Alba said...

Al, ¡fabuloso! ¿Ficción o realidad? Si tuvo que pasar por algo semejante lo considero de veras. Ya sabe, conozco de sobra el paisaje que describe, ¡jejejeje!!! Siento pánico ante la sóla idea de que me pudiera suceder algo semejante. Siga narrando.

Isbel

Al Godar said...

Cuban: Cuando uno sale del trabajo y tiene que irse a casa, no quedan muchas opciones.

Alba: Como casi todo en la vida, hay algo de cierto y algo de imaginación. A mi no me ha pasado nada similar y como a ti, me aterra la idea. He oido casos reales, incluyendo algunos que los encuentran congelados varios dias después.
Aqui en el Rive-Sud donde vivo , es muy frecuente que los carros patinen y se caiga en la cuneta.
Gracias por pasar por aqui.
Saludos,
Al Godar

Isbel Alba said...

Pero Al, ¡si somos hasta "vecinos", jajajaja!!! ¡Qué agradable coincidencia!!! A ver cuándo nos tomamos un café en familia.

Saludos,

Isbel

Belkis Cuza-Malé said...

Ay, amigo Algodar, me asusté pensando que eso te había ocurrido de verdad en estos días. De todas formas, toma precauciones y lleva siempre herramientas en el carro, abrigos y cobijas, agua, linternas, en fin... Yo solía hacerlo cuando vivía en New Jersey. Heberto, mi esposo, solía burlarse diciendo: Si a ella la dejan se lleva la casa.

En fin, sólo que es mejor precaver... Conozco como tú casos de congelación, y en Canadá eso sí que debe ocurrir con más frecuencia.

De todos modos, muy emocionante y bien escrito tu relato. Eres un novelista, sin duda.

Bendiciones,

Belkis
www.belkiscuzamale.blogspot.com

GeNeRaCiOn AsErE said...

AL,
Feliz Cumpleanos!
Cuando crucé la frontera de M por Arizona, luego de una semana de trayecto, en el que fui perdiendo equipaje... alimentos y hasta el peso corporal -ya había gastado casi todo el dinero y solo me quedaba el abrigo que llevaba conmigo- en el mismo instante en el que sobrepasé la cerca en bruces, hube de comenzar a reir a carcajadas y a viva voz,
mientras maquinalmente avanzaba hacia un camión blanco de border patrol. Jamás he sido tan feliz en mi vida.

tuve una especie de flashback ahora.
el guardia me dijo:
MIS PRIMEROS CUBANOS, los voy a tratar bien.

abrazos, tony.

lola said...

Se me han puesto los pelos de punta. Mi hija hace poco se fue a hacer parte del camino de Santiago, con tan mala suerte que el tiempo que tenía libre para hacerlo coincidió con una ola de frío polar, aún así se empeñó en hacerlo, no sabes la angustia que pasé esos días, yo hablaba con ella por la mañana y luego a la noche cuando ya estaba en un albegue. Por suerte, su sentido común y el sentido de la responsabilidad pudieron más que el sentido de la aventura.
Saludos!

Al Godar said...

Isbel
Si supieras que yo soy un cubano atípico en lo que se refiere al café. Yo soy de esos renegados que toma cafe americano y poco. Tomo más té, pero tampoco hago una ceremonia con eso.
El pretexto que usamos para reunirnos en familia es la comida.

Belkis
El invierno aqui no es cosa de juegos. Afortunadamente ya no tengo que viajar por zonas apartadas y si uno tiene un problema siempre encuentra ayuda en seguida.

Tony
Es eso: luego de una sacudida como esa, uno recomienza el conteo con muchos mas brios.

Lola
Los padres nunca soltamos del todo a los hijos. Mi pequeño va a casa del vecino y nos quedamos como bobos esperando a que nos llame cuando llega.

Gracias a todos por la visita y los comentarios.


Saludos,
Al Godar

Garrincha said...

algo,
ya tenemos en común lo del té y el café, lo que en miami equiovale a que te miren como un bicho raro.
y tenemos en común a la amiga isbel, gente buena donde las haya.
un saludo y felicidades por tan buen relato, que fue mejor que la experiencia real, me temo.

Sarapia said...

Debe ser de madre caerse pa una cuneta.
Tremendo susto.

Isbel Alba said...

Oigame, Al, con la falta de familia que uno tiene aquí (bueno, al menos yo) y usted diciéndome esas cosas... Además, cocinar es una de mis pasiones, así que si el encuentro le place más sentados a la mesa sólo diga cuántos comensales serán y qué menú prefieren ¡El resto lo pongo yo! Mire que ahora vienen los días de fiesta y es buena época para estas cosas que calientan el alma. De modo que ya sabe, la invitación está en pie. Si se decide, mándeme un email y nos ponemos de acuerdo.

Y ahora que leo este comentario del Garri, "un entrañable", no puedo menos que emocionarme, ¡jajajaja!!! ¡Qué clase de artista y amigo!, de esos que nos duran toda la vida y que mejoran con los años.

Un abrazo bloguero,

Isbel

Scarlet said...

¡Qué horror! Y también que suerte. Dios estuvo contigo. :)

Me encanta la foto del arbol. En Miami no tenemos ese tipo de belleza. :(

Betty said...

Hola Al! long time;-) but I´m back ..pero muchacho, qué agonía gélida!! a ti cuando te da por meter al lector en el inside lo logras, voy a beberme un goriachiy cháy como le gusta al Garri, para entrar en calor;-)
un abrazo, a un grado alcalaíno, pero solo un par de milímetros de escarcha

Al Godar said...

Garrix Mi romance con el té viene de Europa. Cuando trabajaba en Cuba tuve unos cuantos visitantes que ppreferian el té al café y uno se va embuyando poco a poco. Luego cuando trabajé en Rusia acabé de enviciarme. Y finalmente, donde quiera que he ido más tarde, he seguido con la costumbre porque el café me irrita el estómago cuando tomo mucho.
Aqui en Montreal no es raro que uno tome té. Hay muchos extranjeros.

Sarapia Si que debe ser impresionante. Yo nunca me he caido. El cuento está inspirado en algo que le pasó a mi esposa y en historias de otros.

Alba Gracias por la invitación. Te contesto por e-mail porque no hay cama pa' tanta gente...!

Scarlet Los arboles congelados son un paisaje inolvidable. Lástima que casi siempre están asociados con lineas de corriente tumbadas, una semana sin corriente, frio, calles que patinan y provocan accidentes, etc.
Pero son bellos. Parece un bosque de cristal.
Te dejé una notica en tu blog.

Betty El paisaje nos incita a pensar. En verano se nos olvidan estas cosas. Hoy no está haciendo frio, pero hay aún bastante nieve en el piso y amenazan con 20 o 25cm más antes del 24, por lo que probablemente vamos a tener una navidad blanca.

Gracias a todos por pasar por aqui.

Saludos,
Al Godar

Garrincha said...

hey, al, check this out.
el picapica va a salir en formato pdf, y en el blog hay un adelanto.
be my guest!

Puchungurria said...

jajjajajaj esta muy bueno, estos son los cuentos que me gustan, yo no me asusto jajjaja,

Anonymous said...

Pues somos tres, Garrincha, tu y yo. Porque a mi tampoco me gusta el cafe, a pesar de todos los esfuerzos que mi padre hizo por convertirme en una cafetera como el. Pobrecito... ya no sabia que mas hacer. El empezo por darme caramelitos de cafe, despues intento engatuzarme con ese "fanguito" que se hace batiendo el azucar y las primeras goticas de la colada con el fin de hacer la espumita tipica del espreso, hasta que por ultimo -aprovechandose de lo mucho que me gusta el pan y el azucar- obto por rociar un pedazo de pan con cafe y luego mucha azucar espolvoreada por encima.
Pero que va. Ni atras ni alante. Despues de todos estos trucos fallidos decidio darme a probar una taza de te. Por ahi fue por donde tenia que haber empezado! Imaginate si me impresione que me acuerdo del momento y el lugar exacto en que me tome mi primera taza de te. El recuerdo es tan nitido que es como si lo estuviera viviendo ahora mismo. Fue una verdadera revelacion. Y esa la historia. Desde entonces soy una verdadera junkie de la Camellia Sinensis. Hasta hoy no dejo pasar un dia sin que me tome mi tacita -sin azucar, ni limon, ni nada que interfiera con el sabor original de la bebida.
Por cierto, tu conoces este lugar que queda en el Barrio Chino de Montreal donde te dan a degustar te de gratis? Tienen unos tes fabulosos esa gente. Y las empleadas son tan agradables, tan amables... Igualitas que las de Miami! (Estoy siendo ironica, sobre las empleadas de Miami, no sobre las chinitas de la tienda de Montreal). El lugar se llama My Cup of Tea o algo asi. Hay varias regadas por la ciudad. La que yo te digo queda en St. Laurent, a dos cuadras de Place-des-Arms (no se si lo estoy escribiendo bien). Has ido? Yo me quede loca cuando la muchacha me dijo que podia probar todos los tes que tenian listos en ese momento. (Igualito que en Miami! ...Ay esa ironia mia otra vez!) Entre el buen trato, el sabor de aquellos tes celestiales y decoracion del lugar, tan simple, tan limpio, tan chic, termine comprando una bolsa de "Longjing" (Dragon Well le dicen en ingles), uno de los tes mas exquisitos -y mas caros- del mundo. Si los comerciantes de Miami supieran la magia que puede hacer un buen servicio al cliente... En fin, para que pensar en esas cosas. Mejor me quedo con los recuerdos de otros lugares, de otras culturas. La moraleja de este cuento es: Desconfia de las ciudades donde las casas de te brillan por su ausencia.

Una pena que en Montreal haya ese frio brutal. Ahi fue donde descubri que le tenia panico a la nieve. Y fue por una historia similar a la tuya, aunque mucho menos grave. Otro dia te la cuento. Mientras tanto, tomemosno una taza de te para celebrar... la existencia del te.

Si tu fueras a abrir una casa de te en La Habana... donde lo harias?

Anonymous said...

http://www.telegraph.co.uk/earth/earthpicturegalleries/4141578/Kenneth-Libbrechts-close-up-photographs-of-snowflakes-reveal-their-intricate-patterns.html

¿Cómo una cosa tan bella puede ser tan tenebrosa y terrible a la misma vez?

Betty said...

pues suma otra más Adriana, mi mamá al revés, nunca me ponía café en la leche, me gusta como huele el café pero no como sabe, y cuando me fui a trabajar a Moscú con 24 años me entró el vicio del té para never ever abandonarme, allí toman más el té indio y el de Ceylan que son tés negros, también lo es el georgiano que es un poco "peleón" pero se disfruta igual. Luego en Londres seguí la rima, flirteé un poco con el Earl Grey pero manchaba un poco los dientes, como el negro...Hace como cinco años me he pasado con fuerza al té verde, con menta, como rutina regular aunque cuando voy por ahí a las Teterías me sumerjo en las exquisiteces como el Blanco con aroma y el "té moro" con hierbabuena...en fin que soy otra teinómana apasionada, en el trabajo no pueden comprender como una cubana no toma café sino todo el día tazas y tazas de ese "cocimiento";-)) En Alcalá de Henares una de las mejores teterías se llama "Guamá", di tú, salu2

Anonymous said...

Igual que yo! Me fascina el olor del cafe (igual que el del cigarro) pero no me da el mas minimo deseo de probar ninguno de los dos. Y como sufro cuando voy a Cuba! Tu sabes que muchas veces la gente te trae la tacita ya hecha, sin preguntarte ni nada. Entonces te lo tienes que tomar, para no hacer el desaire.

Que loco lo de la teteria llamada "Guama". Que dira el pobre Guama al respecto? Ya me lo imagino: "Que cansao me tiene esta gente. Siempre cogiendo mi nombre pa' sus cosas." Cerveza Guama, malta Guama, centro turistico Guama, teteria Guama. Y hasta hay un periodico (ya mas oficial que el oficial) que se llama Guama tambien. Aunque yo estoy segura que si Guama viviera, ya fuera fan a este periodico. Me lo puedo imaginar desayunando por la manhana su pedazo de casabe enchumbado en agua de cacao mientras vacila el ultimo numero del "Guama".
Bueno, pues Betty, hay que ir pensando en eso. En abrir una casa de te en La Habana. Una no, varias. Y tambien una casa de especias como Dios manda. Ya hay una en la Habana Vieja, pero tan pobrecita... Que oigame, hasta cuando le vamos a estar echando el mismo sazon a las comidas? Hay que variar un poco, no?

Pero volviendo al tema del te, Earl Grey -uno de mis favoritos- fue lo que tome yo esta manhana precisamente. Ese es va muy bien con cosas dulces (con galleticas de jengibre es la gloria). Otro que me fascina para desayunar es el te de Assam. Este ultimo es muy bueno para hacer "Masala Chai", o "Chai", que es como le dicen aqui en los Estados Unidos. Ay, esa mania que tienen los americanos de abreviarlo todo...!

Bueno, pues no dejes de buscar el Longjing (o Pozo de Dragon) y si tienes un recipiente de cristal, usalo! Ademas de ser un te verde exquisito, es un verdadero espectaculo ver como las hojitas enteras de te se abren al entrar en contacto con el agua caliente. Parece cosa de magia.

Al Godar said...

Ah!, se me habian extraviado estos últimos mensajes.
Hace un tiempo había en Cuba un mito sobre el té y el café. Se decía que el té no gustaba y que el café era la bebida nacional, etc. Eso nunca fue cierto. Siempre hubo mucha gente que tomaba sólo té, aunque creo que la mayoría toma café... cuando hay.
Yo he probado un poco los distintos tipos de té, pero siempre regreso al té popular. Aqui creo que lo que venden masivamente es Oolong, pero no lo dice el paquete.
Creo que el asunto es que uno prefiere el que está habituado a tomar.
Saludos,
Al Godar

Betty said...

ja,ja;-)qué manera de reirme Adriana con la estampa de Guamá mojando el casabe;-D)))

también me pasa eso en la Habana, que acabo con acidez de tanto café pero es lo que hay y lo que hago es que pido que me lo "bauticen" con agua caliente y se forma la zambumbia americana;-)

Pues sí, vamos a darle coco a eso de la Casa del Te, de momento me da que lo mismo que Cojímar suena a comida marina, que el barrio de los Sitios huele a pizza, y los ranchos esos por ahí en la Habana periférica a puerquitos asaos en pincho de guayaba, ...pues, no sé, a lo mejor podría haber una Casa del Te ahí por Zanja y Galiano colindante con el pórtico del barrio chino;-)....
pensandolo bien, creo que en 23 y G había un Café de las Infusiones si mal no recuerdo, claro, no vendían ninguna variedad de té, solo se bebía la taza de té negro que servían y ya está, como una cafetería. El formato ese de la Casa del Te (o de la Casa de las Especias) será más compatible con el entorno todo después de nuestra era, ;-) hay tanto por hacer!

oye pues sí, el te de Assam está bien, sabes que en ruso "té" se dice "Chai" y en chino "Chá",seguro vienen del vocablo indio, lo mismo que el Masala Chai

pues gracias por el tip del Longjing, a ver si me empato con un paquetico y lo pruebo...Sí, tengo todo un ritual en casa y en la oficina para el té, una tetera de porcelana y otra de cristal, dos tazones enormes con grabados orientales y sus tapas para que no pierdan aroma, la tenacita de sumergir las hojas, en fin que soy maniática;-)) ya te contaré

que sí,Al que no por gusto los indios, los chinos, los japoneses, los ingleses, los rusos, los árabes en el norte de africa, toda esa gente bebe té hace cientos (y hasta miles) de años, en el frío y el calor (tantos humanos no pueden estar equivocados;-)es que estimula sin causar daño, es diurético y antioxidante..y encima es rico ¿qué más queremos?
un abrazo a los dos

Al Godar said...

Betty:
Según Wikipedia el origen de las palabras "Té" y "Chai", vienen las dos del Chino.

Saludos,
Al Godar

Betty said...

verdad! pues por los narras empezó todo entonces... bueno Al, que suba el termómetro y baje el frío!

Anonymous said...

Betty, si vuelves a pasar por aquí:
Tu idea de poner la primera casa del té está buenísima. Perfecta ubicación. Y sí, hay que darle coco a esas cosas. Que ya pronto el tasajo estará listo para comer, ¿y después? Hay que pensar en todo.

Mira, una cosa que se me olvidó fue darte el nombre del Longjing en chino. Esto es importante, porque tú sabes que es lo que pasa? Que los chinos son medio cabroncitos, y por venderte algo se hacen los suecos y te dan cualquier cosa. Te lo dice una persona que ha ido a todos los barrios chinos de todas las ciudades donde ha estado. Así que si compras el Longjing en algún negocio chino, asegúrate que diga 龙井茶 o 龍井茶 por fuera.

Un abrazo. Qué gusto encontrarme con más teteros de mi tierra.

Betty said...

sí, amiga Adriana, suma y sigue;-))

oye, pero eres un crack! entonces verifico que el Longjing sea genuino con las sílabas chinas, tomo buena nota, para asociarlo me fijo en el grafo central que se parece a #...hay una tienda bastante grande en una calle del barrio de Salamanca aquí en Madrid, en la calle Claudio Coello, les caeré a por el Longjing para catarlo, te contaré!
un abrazo