-Según el balance del mes pasado faltan 6 L de alcohol, 8 paquetes de
Algodón, y no me acuerdo que otra cosa… -Dijo Jazmín, la nueva administradora,
Jazmín parecía un poco empachada y Alberto no le aguantaba una intriga a nadie.
-Una llave de fregadero de media. –Completó Alberto
Tuvo que dejar bien claro que él, como jefe del almacén, tenía control sobre los faltantes.
-¿Y entonces como dices tu que el inventario cuadra? – Preguntó la administradora. Si faltan todas esas cosas eso quiere decir que no cuadra…
-Usted me perdonará.- La cortó Alberto. – Todo cuadra: “Existencias más entrantes igual a salidas mas faltantes”.
-¿Y de donde sacaste tu esa formula? – Preguntó Jazmín. –Eso de “faltantes” no está en ningún manual de contabilidad…
-Mire Jazmín, yo no se de donde viene usted, pero aquí si no deducimos los faltantes el inventario no cuadraría nunca.
-¿Pero por qué? ¿Qué es eso de faltantes? -Preguntó Jazmín.
-Los trabajadores tienen necesidades: A Ňico se le rompió la llave del fregadero de su casa. En la calle no se puede comprar llaves en ningún lado. ¿Que quiere Ud? ¿Qué yo le diga que deje el fregadero botando agua? Pues no. Hay que resolverle al compañero… Las compañeras tienen necesidad de algodón cuando caen en sus días…-Explicó Alberto.
-¿Y el alcohol…? Interrumpió Jazmín.
-Bueno, la verdad es que ahí si pudiéramos ser un poquito más exigentes, pero la gente tiene que tomarse un trago de vez en cuando y la Coronilla está dificilísima últimamente…
Y así hubiéramos seguido discutiendo por mucho tiempo las necesidades de los trabajadores si no hubiera sido porque Gloria que estaba llevando el acta pidió la palabra para indicar delicadamente que aun nos quedaban 6 puntos del orden del día y ya eran las cinco menos cuarto.
El punto quedó otra vez para ser discutido en una reunión posterior.