Tuesday, November 3, 2009

La lengua.

Nada nos une ni nos separa tanto como la lengua.
Desde los enamorados que las frotan lascivamente hasta el chiquillo insoportable que la esgrime como arma.
No es juicioso subestimar la fuerza de la lengua.
Particularmente aquí en Québec. Porque cuando llegaron los europeos, aquí se hablaba Abenaki, Algonquin, Atikamekw, Cree, Inuktitut, Micmac, Mohawk, Montagnais, Naskapi y puede que otras lenguas, pero no Ingles ni Francés.
Aquellos inmigrantes no aprendieron la lengua de los aborígenes y se acogieron al derecho de defender su lengua.
Si hacemos lo mismo, dentro de 500 años tendremos una ley 909 para preservar la lengua española en algún lugar por aquí arriba.

9 comments:

Angel Collado Ruíz said...

Hermano es justo el reclamo de defender las diversas lenguas.
Un abrazo, desde México. angel

Al Godar said...

Gracias Angel,
El problema es que en esto de la lengua para defender una hay que limitar las otras y eso no es tan justo.
Por ejemplo, cuando yo vine a Canada, que es un pais bilingue, yo imaginé que podria optar por educar a mi hijo en inglés o francés según me pareciera más conveniente, pero resulta que es obligatorio educarlo en francés.
A mi personalmente no me afecta porque quiero que mi hijo hable francés, pero no deja de ser injusto.
Saludos,
Al Godar

Güicho said...

Los quebecos son los catalanes de Canadá.

Güicho said...

Los quebecos son los catalanes de Canadá.

lola said...

En España, en algunas comunidades hay una verdadera guerra en contra del castellano, sobre todo en Cataluña, se que durante el franquismo las lenguas minoritarias estaban prácticamente prohibidas, pero ahora hemos pasado al extremo contrario. La estupidez de algunos ha llegado a dejar de utilizar una aerolínea alemana porque su tripulación no hablaba catalán. Esto sucedió con el club de fútbol Barcelona, su presidente es muy catalán nacionalista.

Chez Isabella said...

Al, yo viví eso que cuentas ¡Y no me dejaron inscribir a las niñas en la comisión escolar anglófona! Claro que también saqué la misma cuenta: el francés es más complejo, que lo aprendan bien y luego, el inglés lo cogen con el roce. Pero no deja de ser "tremendo pie" que nos meten a los que que llegamos a integrarnos aquí. Por eso yo les exijo que hablen su lengua materna en casa todo el tiempo. Esa es nuestra lengua y así lo marco en todos los formularios. Lo que no deja de parecerme una aberración es el rechazo que le hacen al inglés en la vida de todos los días, al punto que muchos jóvenes la desconocen por completo. Eso está muy mal porque luego en el mercado laboral lo primero que les exigen es que hablen inglés ¿Quién los entiende, verdad? Saludos.

Al Godar said...

Efectivamente: La política de la sociedad quebecoise de encerrarse en su lengua afecta la integración global de los individuos.
En mi compañía, es lastimoso ver los muchachos que solamente hablan francés pasando trabajo con la comunicación en inglés, mientras los bilingües le llevan ventaja en la escala de promociones.
Saludos,
Al Godar

Adriana said...

Esa fue una de las cosas que más me chocó cuando estuve por allá (Montreal). La gente me preguntaba que si yo no hablaba francés, pero con una insolencia... Me cayó muy mal eso.
De hecho, esa fue una de las razones por las que no me quise quedar (lo estuve considerando). Me gustan los idiomas. Si fuera a aprender otra lengua no empezaría por la francesa precisamente, ya que no es la que más me gusta, pero a la misma vez me doy cuenta que sería muy bueno poder leer algunas cosas de la literatura francesa que me gustan mucho en su idioma original.
Eso sí: que no me obliguen! Y sobre todo que no me maltraten por no saberlo. Me molestaba muchísimo cuando me encontraba con un quebeco de esos que se hacen los locos, los que te entienden cuando les hablas en inglés pero se hacen los que no te entienden nada. Cuando a los que no se les entiende nada es a ellos, que hablan un francés feísimo. (Yo no lo hablo, pero algo entiendo, cuando es francés de Francia, a ellos no los entiendo para nada).
Tengo una amiga (cubana-francesa ella) que me dice que cuando los escucha le parece estar metida en una aldea del siglo 18. Muchas veces tuve la misma impresión, generalmente con personas mayores de 40. ¡Qué gente más provinciana, por dios! Menos mal que los jóvenes (los que yo conocí) no son así...

Isaeta said...

Más que provincianos, son extremistas. Y lo peor de todo es que en España los tenemos por miles en varias comunidades autónomas.
Curiosamente, los únicos latinoamericanos a quienes les molesta MUCHO que les obliguen a hablar una lengua extraña es a los cubanos.
A mí me jode un montón y me quejo y protesto aunque me miren atravesao.
¡Que les den!
Claro que tenemos nuestra cultura. Y no necesitamos hablar en la lengua de Hatuey para justificar que la tenemos.
Menos aún para negar la parte de España que nos tocó. Ni la de África, faltaría más.
Pero éstos de acá, con su odio irracional a lo español, pretenden negar hasta su propio ADN.