Sunday, September 23, 2007

El Lacio

El Lacio no aceptó. Pudo haberlo hecho y haberse ahorrado el mal rato. Pero era un luchador. Prefirió enfrentarse a la turba e irse con su cabeza en alto. Dijo que a el había que botarlo porque el no renunciaba.

Otros tres se acogieron a la oferta de irse discretamente. Renunciaban por propia voluntad.

El presidente de la feu del aula explicó el objetivo de la reunión: La masa denunciaría espontáneamente a los estudiantes con problemas ideológicos, homosexuales, apáticos, etcétera. Que quedara bien claro que la universidad era para los revolucionarios.

El Lacio, aunque participaba en todas las actividades y era muy buen estudiante, era homosexual confeso y eso era más que suficiente.

Lo acusaron de que no participaba en las actividades. Saco una libretita del bolsillo y preguntó desafiante: “A cuál actividad dices tú que yo falté?” Alguien dijo que se veía “claramente” que El Lacio no era revolucionario. No tragó. Dijo que eso era subjetivo. Trataron por otros lados. Le preguntaban algo y cuando iba a responder lo interrumpían y no lo dejaban hablar. El ni se inmutaba. Esperaba a que se callaran y le preguntaran de nuevo. Parecía que iba a salvarse. Entonces a alguien se le ocurrió que El Lacio tenía el pelo largo. Ahí fue donde falló. Si no hubiera sido allí, de todas formas hubiera fallado en algún otro lado. Era imposible escaparse.

Pudo haber dicho que lo disculparan, porque era un poco distraído y que se comprometía a pelarse disciplinadamente. Pero cometió el error de decir que El Che también tenía el pelo largo. Un breve silencio. Todos creímos que la respuesta era correcta. Pero no. Ismael, el secretario de la ujotacé se paró y arremetió contra El Lacio con todo tipo de improperios. No dijo nada concreto. Lo ofendió con cuanto adjetivo despectivo pudo encontrar. Le preguntó que cómo se atrevía a compararse con el Che. En ese momento Ismael hizo una pausa momentánea para coger aire y seguir la diatriba. El Lacio con voz calmada le respondió: “Ustedes me enseñaron que debíamos ser como el Che”.

Alguien empezó a gritarle que se fuera. Varios más se sumaron al coro. La masa enardecida clamaba por que se fuera. El Lacio respondió algunos insultos mientras iba camino de la puerta con su cabeza en alto.

8 comments:

General Electric said...

La espiral del sin sentido... A los fundamentalismos políticos les gusta dar a entender que con ellos se puede dialogar... que van a prestar atención a tus razones... que te van a vencer en la arena de la dialéctica... que tú mismo te vas a hundir y vas a rogar disculpas... Pero cuando esa dialéctica es sólida (como la de tu Lacio) al final es la histeria la que se desata y te arrastra por las escaleras

lola said...

Nunca pude entender qué de malo tenía que los jóvenes llevaran el pelo largo y las chicas minifalda. El pelo largo lo trajeros los barbudos de la Sierra, y la minifalda, a veces era cuestión de necesidad, si con la tela que daban apenas daba para cubrirte. Saludos!!!

Al Godar said...

Gerald:
Es la misma tecnica que usan la mayoria de los dirigentes cubanos y particularmente Fidel. Mientras tienen elementos para discutir, discuten. Cuando ya no saben qeu decir, cambian el tema, hablan de otra cosa o inventan algun subterfugio. Por ejemplo, se "indignan" y estallan en un apasionado ataque.

Lola:
El pelo largo creo que era censurado porque se pretendia impedir que los jovenes imitaran a los Beatles. Eso no seria digno del hombre nuevo.
La minifalda no se. Creo que fue un capricho estupido. No le veo ninguna explicacion.

GaviotaZalas said...

Historias vividas en nuestro país imagino verso los años 70-80 ¿? Injusta de todas formas. Uno de esos fantamas de la Involución cubana que luego fueron superados y sustituidos por otros. Quizás luego de encontrarse un "Lacio" en familia se dieron cuenta que no eran tan malos. saludos

Yo soy Medea said...

cincuenta annos de simulacro de dialectica. La historia es tan elocuente, como decir tanto da el cantaro a la fuente hasta que se rompe. Persecucion sicologica, ingeniosidad puesta para joder al projimo. Seguira siendo asi la Universidad?, o ya nuestros descendientes han aprendido?, por ahi ( no me acuerdo) vi unas notas muy interesantes sobre los univbersitarios actuales. Que entrenamiento para la infamia esta historia de Lacio!

Al Godar said...

Gavi:
Eso ocurrió tal como lo lees. Solo los nombres fueron cambiados. Fue en 1973 en la Universidad de la Habana. "Espontáneamente" en todas las Escuelas se efectuaron las Asambleas de Radicalización a la vez.
Fue un mal momento para todos. Acusados, acusadores, espectadores. Todos sufrimos. Es increíble como nos obligaron a actuar en contra de nuestros principios humanos. Muchos de esos secretarios de la ujotacé en algún momento lograron liberarse del embrujo y hoy lo cuentan avergonzados desde el extranjero.
Gracias por tu visita.

Medea,
Segun me cuentan desde alla, la cosa realmente ha mejorado mucho. Afortunadamente.

la lola said...

La vida es una ruleta, a lo mejor "El Lacio" con su pelo largo y perdonando la frase "su mariconerìa" ha demostrado a travès de sus actos que es un ser de valìa, se defendiò hasta donde lo dejaron, y quizàs aùn estè en Cuba sobreviviendo como muchos de nosotros y el "duro" que lo incriminò hoy ni recuerda que fue un personaje protagonico en la expulsiòn del Lacio y lo mismo estè aquì ò allà es probable que siga siendo el mismo.
Vivì esa epoca , incluso vagamente recuerdo como en el 1er Congreso de Educaciòn y Cultura se "discutio" como evitar que en la radio se difundiera mùsica forànea yo era casi una niña y recuerdo haber oìdo a un familiar mìo que habìa venido desde mi natal Camaguey a La Habana a dicho congreso y tratar de convencerme de aquella monstruosidad.
Los cubanos hemos vivido de todo, yo aùn vivo acà y he tenido que ver como gente que agrediò, gritò , ofendiò al que se querìa ir por El Mariel hoy tambièn disfruta del American Way of Live sin cargo de conciencia alguna , como decir borròn y cuenta nueva, y no creo que a todos los hayan obligado, en aquella època yo era de la UJC y no gritè ni agredì a nadie , porque en aquel momento no lo entendì y con mis añitos arriba ahora menos lo harìa.
saludos

la otra lola

Al Godar said...

Asi es Lola (para mi ahora tu eres Lola; la otra es la otra!), el hecho que los repudiadores se van, nos demuestra que aunque millones, miles de millones, toneladas de millones griten en La Plaza, no es un indice de la fortaleza de la revolucion, sino de su capcidad de control de las gentes...
No supe más del Lacio. Apostaria a que está por aqui afuera. Creo que era uno más como nosotros. Ni mejor ni peor.
Ah! Yo tambien puedo jactarme de no haber repudiado a nadie, aunque si hablé mucha mierda y repetí muchisimo catecismo comunista sin sentir lo que decía. Puedo decir en mi defenza que me adoctrinaron desde chiquitico. Cuando aprendí a pensar por mi mismo y ya no me fue posible seguir con la hipocresía tuve que irme. En contra de mi voluntad. Hubiera querido quedarme con mi gente, con el sol y el mar.
Saludos,