Friday, September 21, 2007

Al fin tranquilos

Yo estaba nervioso. No se por qué. Presentía que algo iba a pasar. Desde hacia rato se oían ruidos allá afuera. Poco a poco me fui dando cuenta que sería algo muy grande. Algo que nunca me había pasado antes. Por más que trataba de acomodarme, no encontraba como ponerme. Todo me molestaba. Yo estaba tan acostumbrado al confort y la seguridad que apenas podía aceptar en mis presentimientos, que aquello podría terminar y que me vería sometido a un mundo lleno de peligros y de incomodidad.

Cada vez me sentía más asustado. El corazón me latía con más fuerza que nunca. De pronto, el ruido allá afuera se hizo insoportable y empecé a sentir tirones de allá para acá. Pensé que aquello sería el final. Pero no. Poco a poco todo volvió a la normalidad. Me quedé un rato grande esperando, pero no pasó nada más.

Por fin me quedé dormido pero no por mucho tiempo. El asunto es que al cabo de un rato, de nuevo comencé a sentir aquella agitación. Me estiré. Me viré para el otro lado. Por primera vez comencé a sentir que me faltaba espacio para moverme. Y aquella inquietud, que no me dejaba. ¿Por que no podía estar tranquilo ?. En realidad no me dolía nada. Hubiera preferido que fuera un sueño. Hubiera preferido que me dejaran tranquilo. Pero al contrario, comenzaron a zarandearme otra vez de allá para acá. Me alteraba aquel ruido allá afuera. Tenía miedo. Me iba volviendo cada vez más sensible. Todo me molestaba. Una sensación como de picazón me empezó a llegar de todo el cuerpo. Volví a virarme. La picazón aumentaba. Afuera todo se agitaba frenéticamente. Y yo muerto de miedo. Nunca me había sentido tan nervioso. No podía hacer nada. Me sentía muy molesto, pero no sabía que hacer. Esperaba que aquella pesadilla terminara de un momento a otro. Pero mis esperanzas eran inútiles. Todo se ponía cada vez peor.

A veces me calmaba por unos momentos. Entonces escuchaba atentamente los ruidos del exterior. Curiosamente, los ruidos prácticamente cesaban cuando yo me tranquilizaba. Comencé a pensar que el problema era conmigo. ¿Que querrían hacerme? Lentamente fui desarrollando la conciencia de que tendría que defenderme. No iba a dejar que me hicieran daño. No iba a dejar que me robaran mi tranquilidad. Me defendería. No sabía como. No me habían agredido nunca. Pero obviamente ahora estaba siendo atacado. Aquella violencia a mi alrededor no podía ser fortuita.

Por fin llegó el momento. Tal como había presentido, en uno de esos episodios de agitación, en medio de la más terrible angustia y desesperación sentí que la sangre me subía a la cabeza con tanta fuerza que me volvía loco. Sin saber porque comencé a convulsionarme rabiosamente. Entonces fue que lo sentí. Algo terrible y monstruoso me presionó la cabeza por la derecha. Fue como un empujón violento y brutal. Traté de quitarme aquello de la cabeza, pero no pude. Algo me aguantaba los brazos. Traté de empujarme con los pies, pero fue peor. Ahora senti la presión por el lado izquierdo. Me apretaba la cabeza por ambos lados. Traté de virarme en un último esfuerzo, y lo único que hice fue empeorar aun mas. Una claridad espantosa me deslumbró. Una luz como nunca antes había visto me llenaba los ojos con un torrente de calor.

Tantas cosas sentí en aquel momento, que apenas podía mantener la conciencia. El ruido se hizo de pronto tan insoportable como la luz.

Un olor desagradable y penetrante me ahogaba. La presión en mi cabeza aumentaba y ahora sentía como el cuello se me estiraba dolorosamente. La presión en mi cabeza me obligaba a virarla hacia un lado. Sentí opresión en el pecho y los hombros. A medida que me halaban, la presión se corría lentamente hacia el vientre. De pronto, sentí libres los brazos. Fue la primera vez que pude responder a la agresión. Con todas mis fuerzas, traté de quitarme aquella cosa de la cabeza. Sin embargo, mis brazos no tenían la fuerza ni la coordinación necesaria. En medio de mis sacudidas por liberarme, me halaron, hasta dejar libres también mis piernas.

Solo entonces sentí que disminuía la presión en mi cabeza. Pero casi instantáneamente, me agarraron por los pies. Todo el peso de mi cuerpo pendía de aquella cosa que ahora me mantenía cabeza abajo. Con todas las fuerzas que pude acopiar, me rebelé y comencé a manotear. Entonces fue que vino lo peor. Aquella bestia, me golpeó fuertemente en las nalgas. Una indignación se apoderó de mi razón. No toleraría aquello. Bestia o no, lo iba a pagar. Tiré golpes a derecha e izquierda con toda mi fuerza y la esperanza de que pudiera alcanzarla. Creo que no la alcance, porque volvió a golpearme brutalmente en las nalgas. No se cuantas veces me golpeó. No se si logré alcanzarla con algún golpe o si simplemente desistió de dominar mi voluntad.

Entonces tuve que hacerlo. Con todas mis fuerzas lancé mi primer grito de guerra. Por primera vez mis pulmones se llenaron de aire. Otros gritos se sumaron al mío. Rápidamente me voltearon y me acostaron sobre algo duro. Me manosearon la cara y todo el cuerpo. Me presionaron por aquí y por allá, pero no me hicieron mas daño. Solo una sensación extraña cuando me halaron algo que tenia en el ombligo. Como un pinchazo. Luego me presionaron el vientre. No obstante yo seguía gritando por si acaso. Realmente estaba asustado y no se me ocurría hacer ninguna otra cosa.

En algún momento terminaron todos aquellos trajines y me acostaron junto a alguien que estaba por allí cerca. Era alguien que no parecía haber pasado por lo mismo que yo, porque apenas se movía y no gritaba. Sentí un calor y un confort parecido al que yo estaba acostumbrado antes de este lío. Entonces me toco la frente con suavidad. El aire caliente me cubrió la cara. Sentí un olor agradable. Algo que no olvidaría jamás. Me pareció que ya estaba seguro y dejé de gritar. Unos momentos mas tarde se calmó todo el bullicio y nos dormimos abrazados. Extenuados, pero al fin tranquilos.

2 comments:

lola said...

¡me ha gustado mucho! si uno pudiera recordar su propio nacimiento, debe de ser algo así. :-)

Al Godar said...

Tiene que ser asi.
Yo he leido otras dos versiones casi identicas.
No creo que ninguno de los tres haya copiado de los otros.
MI version la escribi cuando tenia unos veinte años. Las otras dos las he leido en los ultimos 10 años.
Si tres personas sin conocerse escriben algo tan parecido debe ser porque es asi...
Saludos y gracias por venir por aqui.