-¿Es La Dobliu?- Pregunté halando el radio y subiendo el volumen
- Tú estas quema’o asere. – Me dijo y volvió a bajar el volumen. –Aquí no se puede poner alto. Vamos pa’ las sombrillas.
Para allá fuimos con las orejas pegadas a cada lado del radio. El gordo Luis había acaparado sillas para cuando viniera la gente. Unos minutos más tarde no cabía uno más en la sombrilla. Al filo de la una, aclamada desde los primeros acordes por la algarabía adolescente, caía por su propio peso, directamente al número 10, Paperback Writer de los Beatles, aunque la semana pasada no estaba en el survey. No habían aún terminado los últimos acordes y ya rompía el bajo descomunal de “Rain”, pero desgraciadamente los gritos de júbilo llegaron demasiado lejos y allá nos estaban cazando. Nadie sintió llegar al guardia. Cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde.
-¿De quien es el radio? –Preguntó.
En el medio del silencio que siguió, nada hubiera podido hacer más daño que aquel “WQAM.560. Tiger Radio: The most listen to radio station in Miami!” gritado a toda voz por Jim Dunlop.
-Mio. –Dijo el Chori y apagó La Dobliu.
El guardia recitó la guanajá del diversionismo ideológico y que los americanos querían desviar a nuestra juventud.
-Pero yo no entiendo que tiene de malo la música. –dijo el Chori.
-Los Beatles no son americanos: son ingleses. Acotó el gordo Luis que se había acercado lo suficiente.
-Es igual- dijo al guardia. -Cantan en inglés y los jóvenes revolucionarios no deben escuchar música de afuera.
-Los Brincos y los Mustangs son de afuera y los ponen en Nocturno- Dije yo.
–Nosotros estudiamos inglés en la Secundaria. –Dijo Pepón
-Bueno, yo no sé. –Dijo el guardia. –La música americana está prohibida y se acabó. Si vuelvo a oír esa música, les quito el radio y me los llevo presos a todos. ¿Está claro?
-“Si señor oficial”. –Dijo el Chori. – Yo le aseguro que no vamos a volver a poner más La Dobliu.
Todos nos miramos en duda. El Chori guiñó un ojo y todos comprendimos. Apenas el guardia se alejó un poco ya estábamos en otra sombrilla unos 50 metros más allá vacilando “Paint it Black” de los “Rollingtones.”