Protesta y contra protesta.

Este primero de Marzo del 2009 tendrá lugar en New York una protesta en apoyo a la democracia en Cuba.
Como era de esperar también va a haber una contra protesta en defensa de la revolución.
Admiro la tenacidad de los pocos que aún a estas alturas sigan defendiendo honestamente los ideales por los que todos luchábamos hace 50 años, pero que tuvimos que abandonar descorazonados cuando nos dimos cuenta de la incapacidad del régimen dictatorial de sacar al país de la debacle económica y moral en que se ha ido sumiendo a lo largo de estos 50 años.
Lamento no poder trasladarme hasta allá, pero quiero dejar constancia de mi apoyo a los organizadores del encuentro y las aspiraciones de todos los que quieren una Cuba justa e incluyente.

El último rebaño

Uno se compra una cámara de 1000 pesos con dos lentes y una pila de megapixeles para poder tomar buenas fotos, pero como es tan grande y pesa tanto, uno la deja en casa y sigue andando con la cámara vieja de poquitos megapixeles que cabe en el bolsillo.
Y es ahí, cuando camino al trabajo, uno encuentra el último rebaño de venados. En un terrenito que queda a la izquierda después de pasar el puente de la 30, están los venaditos retozando en la nieve. Paré el carro, abrí la ventanilla y tiré dos fotos antes que se perdieran de vista. Lamentablemente, la cámara estaba ajustada para fotos pequeñas y el zoom no da para mucho.
Cada día es más difícil encontrar venados en esta zona y con los planes de reanimación de la economía cada vez será más difícil verlos: Acaban de anunciar que van a invertir mil millones de dólares en trabajos de carreteras aquí en la Montérégie.
Los venados van a tener que irse más al norte.

La demolición del WTC.

Los cubanos somos bastante propensos a creernos las conspiraciones.
La primera conspiración que recuerdo fue aquella de principios del 59 que decía que Fidel era comunista. Claro, en seguida nos explicaron que aquello era una bola mal intencionada. No fue hasta el 61 que vinimos a saber que era cierto.
Por eso ahora siempre tomo las conspiraciones con cierta incredulidad, pero sin negarme rotundamente a considerarlas.
Por ejemplo: Eso de que los edificios del WTC fueron demolidos con explosivos.
No tengo ninguna buena explicación sobre cómo, cuándo, quién, ni por qué hubieran puesto los explosivos (aunque hay algunas sospechas), pero me gustaría saber como se explica por ejemplo:
La cinética de caída libre. Parece que los pisos inferiores no hicieron ninguna resistencia.
El volumen de la nube de gases. Parece ser exagerado para ser producto sólo de la caída del edificio.
Parece que ningún otro edificio alto se ha desplomado tan elegantemente a consecuencia de un incendio.
Al que le interese este asunto le recomiendo por ejemplo este sitio, aunque hay muchos otros.

El arroyo de los chinos.

Me acuerdo que a la pared que separaba la sala del cuarto le faltaba la primera tabla de abajo y yo podía pasar arrastrándome por allí, de la sala al cuarto.
Hace poco le mencioné el hecho a mi hermana. Dice que yo no puedo acordarme de eso, porque la disposición de las habitaciones y la tabla que faltaba, corresponde a la casa del arroyo de los chinos y nosotros nos mudamos de esa casa antes de yo cumplir dos años.
Pero me acuerdo.

La arandela

Sin palabras.

El camión

La guagua de las 9 acababa de irse con la gente colgando por fuera. La próxima debía pasar a las cinco de la mañana.
El silencio y el pesimismo se fueron acomodando en la oscuridad hasta que ya no se veía ninguna esperanza. Todo parecía indicar que íbamos a tener que dormir en el parque o virar para el campamento. Quedamos 20 o 30 esperando un milagro.
Y efectivamente, hacia las 11 llegó un camión.
Me encaramé por la rueda y logré meterme de cabeza por la ventana. El resto de la gente fue subiendo poco a poco a medida que iban logrando deshacer el nudo que habían formado en la escalera.
La última que subió fue una viejita con dos jabas y un niño de unos dos años. Nadie la vio porque ya todos estaban dormidos.
No me quedó más remedio que darle mi asiento.


Foto: Divirtiéndose en la loma de Ste-Julie en invierno.